GRISÁLIDAeSCOJO LA MADUREZ DE LO GRISES |
Todo el mundo quiere comprar al pulpo Paul, y creo que va en serio. Esta es la noticiapublicada en El Mundo: «Tras vaticinar la victoria de 'La Roja', todos quieren a Paul aquí. El Zoo Aquarium de Madrid ha informado de que, ante las decenas de peticiones llegadas de toda España, ha iniciado las gestiones para que el famoso pulpo adivino forme parte de la colección de animales que vive en su Aquarium. Según en centro, el cefalópodo podría ser trasladado al Zoo Aquarium de Madrid en un "cortísimo" plazo de tiempo. Los técnicos del Aquarium del Parque Zoológico han contactado con sus homólogos del Sea Life de Oberhausen, en Alemania, para pedirles la cesión del animal, asegurando que están en condiciones de mejorar cualquier oferta que hayan podido recibir hasta el momento, y ofreciéndose para hacer un intercambio por alguna de las especies que habitan en el Aquarium del Parque [...]»
El zoo de Madrid, el Loro Parque de Tenerife, un empresario gallego, el Ocenanogáfico de Valencia y muchos más, prometen a su actuales dueños que lo cuidarán como a un hijo. A mí me asaltan varias dudas. A saber: 1. Si el pulpo tiene dos años y medio, y... según los entendidos en cefalópodos, eso es lo que viven, o sea, que le quedan dos telediarios —o en versión Televisión Canaria, dos telenoticias—, ¿para qué diablos van pagar un dineral por un pulpo anciano que está en las últimas. —Por favor, no le hagan llegar estas palabras a Paul porque podrían herirle—. 2. Si lo que pasa es que los que están pujando no saben cuánto viven los cefalópodos, ¿en qué manos están los zoológicos y oceanográficos en España? 3. Y si lo saben, y a pesar de eso quieren comprarlo, ¿no será que piensan darle el cambiazo en cuanto ponga un tentáculo en sus instalaciones por uno más joven? ¿Quién notaría la diferencia? Por si acaso, observen que Paul tiene un lunar en la nariz. ¡No se dejen engañar! Como broma, lo del pulpo y el Mundial ha estado bien, y tanto que nos hemos divertido en los informativos de la tele, pero los parques temáticos de divulgación científica —bajo tal denominación se venden— se están columpiando. Quieren comprar a Paul. Pues vale; y yo a Nemo, el pez de dibujos animados de Pixar. Es probable que el mediático pulpo atraería más visitantes al centro que consiguiera hacerse con sus «servicios» —y Nemo también— pero sería en base a un reclamo falso. Porque una cosa es utilizar la fama adquirida por un chimpancé artista o un perro policía concretos, y otra otorgar unos méritos al pobre Paul que sólo tienen que ver con la casualidad —cierto es que mucha— y el sentido del humor de sus dueños, a los que la broma se les ha ido de las manos. Dicho de otra forma: amigos, el pulpo Paul, como individuo específico y distinguible de sus congéneres por habilidades o comportamiento singulares, ¡no existe! Y Nemo tampoco. |