GRISÁLIDAeSCOJO LA MADUREZ DE LO GRISES |
Estoy leyendo, 'Momentos Estelares de la Humanidad', de Stefan Zweig, que tenía entre mis lecturas pendientes, y me he encontrado con esta frase al comienzo del capítulo sobre Waterloo:
«A veces, y éstos son los momentos más asombrosos en la historia universal, el hilo de la fatalidad cae durante una fracción de segundo en unas manos por completo incompetentes». Es una de esas frases geniales, de alta literatura, que me deleitan y con las que merece la pena acabar el día. Pero, además, como suele pasar con el arte universal, es plenamente actual. Cada cual tendrá su candidato (o candidata), pero a mí me está hablando de Donald Trump, aunque en su caso es bastante más que una fracción de segundo, lo que lo hace aún más peligroso. Por qué exactamente, se preguntarán. Eso da igual, hay donde escoger y aún desconocemos cuál de sus decisiones, acciones o palabras nos conducirá a la fatalidad, pero no lo duden, si sigue mucho tiempo en la Casa Blanca lo hará. *Aquí puedes encontrar un buen catálogo de trumpadas. @AntonioMaestre es un tipo al que, a diferencia de la norma general, los libros le han estrechado la mente y como consecuencia, echa espuma por la boca en nombre de la defensa de los pobres y oprimidos. La captura que encabeza estas líneas y que hace referencia a las donaciones hechas públicas por empresarios y deportistas profesionales para ayudar en la lucha contra el covid-19 y sus consecuencias, ofrece la visión retorcida y perturbada de un odiador de clase, cuyas ideas al principio seguro que fueron puras, pero que con el tiempo se han convertido en pura ideología, sin corazón, ni rostro. Sin humanidad, en definitiva. Aunque en algún caso tuviese razón, es despreciable y la refutación, sencilla: la donación que se hace pública multiplica las donaciones. Y, en efecto, se llama marketing. En realidad, es la misma herramienta que se utiliza en política para vender ideas, solo que Maestre cree que los demás lo usan para hacer el mal y él para hacer el bien. Aeropuerto de Barajas, domingo 24 de febrero. Rubén Castro y Fidel Chávez llegan tarde al vuelo de regreso a Gran Canaria en el que viaja toda la expedición de la UD Las Palmas. El periodista de Canarias Radio La Autonómica, Juan Luis Monzón, es testigo de la escena, saca una foto de los jugadores en el mostrador de embarque y difunde la noticia, de la que se hacen eco numerosos medios de comunicación. Dos días después, Juan Luis Monzón acude a cubrir el entrenamiento del equipo en El Hornillo, en Telde, cuando se produce la desagradable escena de la que es protagonista Rubén Castro y que captó una cámara de Televisión Canaria. A continuación, la noticia de la web de Radio Televisión Canaria a la que se puede acceder pinchando en la imagen y que contiene el vídeo de lo sucedido. Estos son los hechos. Ahora, las consideraciones. Juan Luis Monzón hizo un buen trabajo fotografiando a los jugadores en el aeropuerto y divulgando la noticia. Aunque el retraso en sí mismo es una simple anécdota, es noticia en la medida en la que concierne a dos jugadores de la plantilla en ejercicio de su profesión, que es pública, y que afecta a su rendimiento y a la disciplina interna del equipo en cuanto que, como consecuencia de perder el avión, faltaron sin justificación a un entrenamiento. De hecho, varios medios informan de que los jugadores recibirán una sanción. La reacción de Rubén en el entrenamiento es impropia de un futbolista de su veteranía —37 años—, aunque de madurez aún por demostrar. Rubén no se prodiga en los medios de comunicación, apenas ha comparecido en alguna rueda de prensa suelta esta temporada, no habla tras los partidos y no concede entrevistas. Tampoco ha destacado nunca por su seriedad cuando en el pasado, excepcionalmente, se ha comprometido con algún medio. Sus plantones son de sobra conocidos en los círculos periodísticos. A estas alturas de su brillante carrera nadie se lo tiene en cuenta; digamos que por edad se tiene ganado ese privilegio. Pero hasta ahí. Si no quiere hablar, que no hable, pero cuando deba callar, que calle. En este caso, su mejor opción hubiera sido ponerse en modo avión. A Rubén le queda un solo camino para salir menos escaldado del lío en el que se ha metido, pedir perdón. Los 7 motivos por los que Rubén Castro debería pedir perdón:
Carlin pone en boca de Mourinho una definición sobre sí mismo absolutamente vil. Diríase que incluso es demasiado cruel si no fuera porque 'The Special One' se ha ganado a pulso cada uno de los términos con los que «se acusa». El mismo hecho de compararlo con el político norteamericano de extrema derecha Donald Trump deja bien a las claras su opinión sobre el entrenador más engreído, déspota y antideportivo que hayamos conocido. Los artículos del periodista y escritor británico John Carlin en El País son para mí de obligada lectura. Además de sus agudos análisis deportivos y políticos y de la calidad de su pluma, hay otras dos razones por las que lo sigo muy de cerca: compartimos la admiración por Rafael Nadal y la aversión por José Mourinho.
Estoy leyendo el nuevo libro del periodista David Jiménez, El lugar más feliz del Mundo, y debo decir que no es lo que esperaba. En cambio, lo que me he encontrado ha sido una sorpresa de la que no me arrepiento. El autor me está presentando a personajes que parecen sacados de comedias de Hollywood de bajo coste, pero demasiado reales para tomárselos a broma. Un paisaje habitado por reyezuelos, tiranos de poca monta y guerrilleros, cuya crueldad es inversamente proporcional a su patética categoría humana. |