El blog de Armando Vallejo Waigand
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​GRISÁLIDA

ELIJO LA MADUREZ DE LOS GRISES

LA CENICIENTA VUELVE A LA COCINA

16/1/2011

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Las agujas del reloj marcaron las doce de la medianoche, la princesa perdió su zapato de cristal mientras corría hacia la carroza, que inmediatamente se convirtió en calabaza... Y la princesa volvió a ser Cenicienta. 

Eso es lo que sentí anoche cuando el árbitro pitó el final del partido en el Estadio de Gran Canaria y asomaron los pañuelos blancos en la grada, acompañados por silbidos. 
Fue entonces, ni una, ni dos, ni tres derrotas antes, sino justo entonces, cuando me di cuenta de que se había roto el hechizo. Esa dulce sensación —seguro que sabes de lo que hablo— que nos hacía sentirnos orgullosos, incluso en la derrota, porque la magia rodeaba con su halo místico y lleno de color lo que veíamos sobre el césped. Esa seguridad absoluta en que, a la larga, nada malo nos podía pasar porque éramos los elegidos, los protagonistas de la historia, los protegidos por el hada madrina que había tocado con su varita mágica a la UD Las Palmas para hacer el bien sobre el terreno de juego. Éramos los depositarios de la magia blanca del fútbol en Segunda División, como en Primera lo es el Barcelona. Juro que era real. No fue ninguna poción malvada la que confundió nuestros sentidos para hacernos ver lo que no existía. 

Pero, de repente, desapareció, se evaporó igual que vino, sin avisar. Y lo que apareció ante mis ojos fue vulgar, lo opuesto a la excelencia que me había deslumbrado. Es como si por arte de magia, o por la ausencia de ella, el balón se hubiera convertido en el enemigo, y los virtuosos que lo domaban cada semana a su antojo fueran ahora toscos gregarios sin duende en las botas. Ellos también lo notaron, al mismo tiempo que todos nosotros. Sintieron cómo los abandonaba el poder que les había hecho disfrutar del juego más allá del resultado. Por primera vez en toda la temporada se vieron desarmados e indefensos, con el caluroso aplauso de sus fieles convertido en hostil y chirriante sinfonía de viento. Y tuvieron miedo. Se acababa de romper el hechizo. Sólo nos queda soñar con que los dioses del fútbol sientan nostalgia y busquen al propietario del zapato que se perdió por el camino. Mientras tanto, Cenicienta ha vuelto a la cocina para hacer el trabajo sucio. 

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Comentario aclaratorio: La UD Las Palmas perdió ante el Córdoba por 0-1 en el Estadio de Gran Canaria, en la jornada 20 de Segunda División. Por primera vez en la temporada se escucharon pitos y se vieron pañuelos en la grada. No recuerdo otro curso en el que la afición aguantase tantas jornadas de derrotas consecutivas sin impacientarse, aplaudiendo y acudiendo en masa al estadio.
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