GRISÁLIDAeSCOJO LA MADUREZ DE LO GRISES |
La pieza logra en el espectador un efecto que me encanta en el trabajo periodístico: el de hacer pensar y obligar a tomar partido. Nada más acabar de verla sientes la necesidad de decidir si eres de los unos o de los otros En la pieza que emitimos ayer sobre la lucha del garrote y el juego del palo con motivo del Día de Canarias, Luis Muro enfrentó con elegancia y rigor las dos formas de entender la misma tradición. Dos caminos que, probablemente, ya nunca vuelvan a encontrarse. Básicamente, los defensores de la lucha consideran que su futuro está en la competición deportiva. Los que prefieren llamarlo juego apuestan por conservar la tradición a través de la cultura popular, que pasa de generación en generación. El vídeo es claro, conciso y respetuoso, con argumentos precisos de ambas posturas. No descarto que especialistas en la materia, entre los que no figuro, echen de menos matices que se nos escapen. Pero también ellos deben entender que se trata de un trabajo de divulgación que requiere de un trazo algo más grueso que el que los expertos usarían. La pieza logra en el espectador un efecto que me encanta en el trabajo periodístico: el de hacer pensar y obligar a tomar partido. Nada más acabar de verla sientes la necesidad de decidir si eres de los unos o de los otros, y eso te invita a reflexionar sobre cultura, tradición y deporte, sobre lo que estarías dispuesto a sacrificar por conservarlo o si te arriesgarías a que acabe teniendo una presencia testimonial en las fiestas populares. Algo, por cierto, perfectamente extrapolable a casi todos los ámbitos de nuestra vida en estos tiempos de cambios vertiginosos, en los que lo que valía para hace solo media generación, ahora es cuestionado de raíz. Tiempos en los que la capacidad de adaptación es considerada como la mejor virtud para sobrevivir, frente a los que no están dispuestos a renunciar a valores que consideran superiores al del ‘progreso’ indiscriminado. Y tú, ¿de qué lado estás?
Establezcamos el punto de partida. No me gustó nada la denuncia de los abogados cristianos contra Borja Casillas --Drag Sethlas—. Y me gusta mucho la decisión del Fiscal Jefe Provincial de Las Palmas de archivarla. De hecho, me gusta tanto que no solo aplaudo la decisión, sino todo el argumentario que acompaña el decreto, incluidas las partes que casi nadie ha querido dar a conocer a la opinión pública, pese a su relevancia de cara a próximas ediciones de la Gala Drag Queen del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Lo que voy a hacer ahora es lo que hubiera esperado de todos los que se han apresurado a difundir la decisión del fiscal con apenas una exclamación triunfal junto al enlace de la noticia, que equivale a «¡hemos ganado!». Porque ya saben ustedes que de eso se trata, de ganar. Sin matices, sin autocrítica, sin escala de grises, sin aprendizaje. En definitiva, sin que haya servido para nada, salvo para la autocomplasencia. Sin embargo, el fiscal, en un ejercicio de responsabilidad, sí quiere ir más allá y hace algunas apreciaciones que no deberían caer en saco roto. La parte del texto más divulgada es aquella en la que la fiscalía concluye que no parece que Borja haya tenido intención de ofender a los católicos. Ya está, no hay caso. Como debía ser. ¿Quieres saber qué más dice el fiscal y seguramente no has leído? Mensaje para futuros concursantes y determinadas expresiones artístico-festivas: «El contexto de una fiesta como el carnaval permite descartar una intencionalidad de ofensa, primando otras alternativas que van desde la mera diversión hasta la crítica ácida [...] A pesar de todo lo anterior, el Código Penal no se deroga temporalmente durante estas fiestas [...] ni el carnaval puede ser utilizado como una 'patente de corso' bajo cuyo amparo se puede realizar cualquier conducta delictiva» Tirón de orejas para la Gala Drag Queen: «Realmente sorprende que, en apariencia, no exista control alguno sobre el contenido de la gala. El carnaval es signo de libertad, pero ningún derecho es ilimitado. Imaginemos por un momento que se hiciera apología explícita de la violencia de género o del terrorismo, por citar sólo dos conductas delictivas que generan un sentimiento de rechazo claramente mayoritario en nuestra sociedad [...] entendemos que hubiera sido apreciado como razonable la exclusión de esa candidatura». Viene a decir que, de ser otro fenómeno con mayor rechazo social que las creencias religiosas, seguramente no se hubiera considerado «simple diversión» o «crítica ácida». ¿Dónde situamos, pues, la frontera entre «tienes la piel muy fina» y «te has pasado»? ¿En el delito? Ah, cuidado, porque basta con decir que no tenías intención de ofender y asunto resuelto. Sobre arte y la cultura: «Según las bases del concurso, la preselección de candidatos sólo tiene por finalidad "velar por la calidad artística" de la Gala Drag Queen, de forma que la organización sólo puede rechazar a los candidatos cuyo diseño no reúna "las características que el nivel y la calidad del concurso requiere". Curiosamente, según las actas de votaciones de la gala final, el jurado artístico cultural fue el que otorgó menor puntuación (5 sobre 12)». Esto, que yo desconocía, debería hacer sonrojar a Israel Reyes, director artístico de la gala y a otros muchos que han basado sus argumentos sobre la victoria de Drag Sethlas en la calidad artística de su puesta en escena, muy por encima de la provocación o la burla. Entonces, si el jurado artístico considera que la calidad artística de Drag Sethlas fue tirando a floja, ¿que hizo que el resto de jurados le dieran la máxima puntuación? Me puedo hacer una idea. Está en mi anterior artículo. Y concluye el fiscal: «La actuación del Sr. D. Borja Casillas [...] pudiera ser considerada objetivamente como irrespetuosa, pero no necesariamente ofensiva en el sentido jurídico penal del término». Mantengo que la denuncia fue desafortunada porque creo que agudiza el enfrentamiento innecesariamente, pero ya que se hizo, aprovechemos lo que nos dice alguien neutral como un fiscal desde su autoridad jurídica y el sentido común que le suponemos, y que, en mi opinión, expresa en el decreto de archivo. Para empezar, los responsables de la Gala Drag Queen podrían darle una vuelta a las bases del concurso para evitarse problemas. ¡Y que viva el carnaval! (Adjunto todo el documento del decreto de archivo presentado por la fiscalía con mis subrayados) El calibre de una gesta tiene que ver con lo difícil, lo improbable y lo dramático que llegue a ser. Si a esto añadimos la existencia de un gran derrotado, ya tenemos todos los ingredientes necesarios para que la remontada del Barcelona sea una de las grandes historias del deporte universal. Y como tal, sería una pena encorsetarlo en los noventa minutos que duró el partido del Nou Camp. Es mucho más bella si partimos desde el pitido final del partido del Parque de los Príncipes, que acabó con el humillante 4-0 a favor del PSG, tras una exhibición de fútbol del equipo de Emery y un Barça ninguneado y anulado, como un boxeador noqueado que deambula sobre el ring. Sin embargo, la remontada empezó inmediatamente. Luis Enrique, todavía en shock, habló de «machada posible» y de los cinco goles que necesitaba su equipo para pasar a cuartos de final. Seguramente, cuando la plantilla del PSG y Emery leyeron esas palabras al día siguiente se sonrieron sin darle mayor importancia. Son solo palabras pronunciadas de forma autómata. Las de un hombre derrotado que quiere dar apariencia de entereza. Y puede que en ese momento fuera así. El sábado previo al partido de vuelta, el Barça tenía que enfrentarse al Celta en liga. No era el mejor momento para medirse a un equipo que acecha los puestos europeos, ambicioso y ofensivo. Lo cierto es que desde el día siguiente a la catástrofe había comenzado a generarse en la opinión pública un debate sobre si existían opciones de remontar la eliminatoria. Desde una pregunta tan simple, vulgar incluso, el universo futbolístico se dividió en dos, como tantas otras veces. Los del 'sí' manejaban argumentos demenciales, que a fuerza de tener que defender en barras de bar y en tertulias de radio y televisión se convirtieron en la secta de 'Los Creyentes'. Los del 'no', mucho más sensatos, no necesitaban esforzarse demasiado. La UEFA, a la que le ha dado ahora por adentrarse en el apasionante mundo del cálculo de probabilidades —en lucrativa connivencia con las casas de apuestas—, le daba 0% de opciones de pasar al Barça. Creo que Luis Enrique fue capaz de leer lo que estaba pasando y decidió aprovecharlo. Se estaban creando espontáneamente las condiciones ambientales óptimas para intentarlo de verdad. Porque una cosa es intentarlo, obligación de todo profesional, y otra, hacerlo en serio. Pero aún faltaba algo. No era suficiente con el entusiasmo irracional de 'Los Creyentes'. Necesitaba algo a lo que también sus jugadores, por lo general, mucho más pragmáticos que los aficionados, pudieran aferrarse. Alguna experiencia que durante esos próximos noventa minutos transforme sus cerebros en el de esos auténticos Creyentes. Y la oportunidad la tenía delante de sus ojos; el partido del Celta. Podía haber jugado al ralentí, tratando de ganar el partido con el menor esfuerzo posible para reservar a los suyos para la Champions o podía convertirlo en un ensayo general. Eso fue lo que les dijo, probablemente, en el vestuario a sus jugadores: «Hay que remontar el 4-0 del PSG, hoy». El Barça fue un torbellino y la afición del Nou Camp entendió enseguida el simbolismo del partido. Empezaron a caer los goles y no pararon hasta llegar a la cifra mágica y de ningún modo casual, de cinco. Era lo que buscaban. El ser humano está mucho más predispuesto a intentar algo, por difícil de que sea, si ya lo ha hecho antes, y cuanto más cerca en el tiempo, mejor. La goleada al Celta ante la afición azulgrana fue determinante. Logró entrenar para la gesta la mente de los jugadores, algo mucho más importante en este caso que las piernas. Inyectó un chute de vitaminas extra en 'Los Creyentes', que desde ese momento pasaron de ser una minoría exótica a representar a todo el barcelonismo, lo que atrajo a la causa a otros muchos escépticos. Y no menos importante, el PSG encajaba el primer gol psicológico —«el Barça cree, no es un farol»—. Seguramente, por primera vez desde el partido de ida sintieron miedo. Unai Emery tuvo miedo. No al Barça, sino a la derrota. Y cuando tu obsesión es no perder, la victoria ni siquiera es una opción. Y transmitió ese miedo, si es que no lo tenían ya, también a sus jugadores. Cuando llegaron al campo notaron lo que ya intuían en París leyendo la prensa. No se enfrentaban al Barcelona sino a una horda de fanáticos que se habían autoconvencido de que podían remontar la eliminatoria. Lo que vino a continuación es de sobra conocido, errores arbitrales incluidos. Cada uno jugó el papel que le correspondía en el guión de esta epopeya deportiva. El PSG de Emery hizo de villano cobarde, intimidado por la convicción del héroe malherido y desprestigiado, que contra toda lógica logra rehacerse para escapar del que parecía su único destino posible, la muerte. Las palabras de Luis Enrique tras el partido son reveladoras: «dedico la victoria a todos los que creyeron en nosotros incondicionalmente». Podría parecer injusto con millones de culés repartidos por el mundo que querían pero no creían, y que celebraron igual la hazaña, pero el estratega asturiano sabía bien lo que decía. La chispa la encendieron ellos, los irracionales Creyentes que infundieron fe en los suyos e hicieron tambalearse hasta caer la de sus rivales. Creo que soy un pésimo corredor. Hoy he escrito mi próximo artículo del blog —que no es este— mientras corría unos kilómetros. Tiene sus ventajas, no crean. Cada vez que se me ocurría una buena idea me daba un subidón de adrenalina que me hacía elevar el ritmo y recorrer los siguientes 50 metros sin darme cuenta. Y se me ocurrieron muchas buenas ideas —risas—, así que he batido todos mis registros, los cuales no voy a desvelar para evitar burlas innecesarias de auténticos runners. Esto me lleva a la pregunta que quería hacer, precisamente, a runners expertos, entrenadores, profesionales de la actividad física y el deporte y a psicólogos deportivos. ¿En qué demonios debería ocupar mi mente mientras corro? Yo estoy acostumbrado a practicar y competir en deportes en los que pensar es parte del juego, como tenis, baloncesto y ajedrez. Y cuando entrenaba, lo hacía con compañeros de equipo o de club, o en solitario pero con un objetivo claro que me servía de motivación. Pero ahora, que tengo una importante lesión de codo y aún no veo la luz al final del túnel, ¿debería tratar de vaciar mi mente mientras corro para que fluya el karma? ¿Estimular mis piernas autoconvenciéndome de que lo hago para salvar el mundo? No lo sé. De lo que sí estoy seguro es de que no he acabado más relajado y con menos estrés, sino como una moto y con ganas de ponerme delante del teclado. Vídeo de cierre de DeportesTN2 de RadioTelevisión Canaria - RTVC.es del 8 de marzo, dedicado a la mujer deportista. Una idea de Natalia Cuéllar Berdún y montado por Alicia Henríquez. Orgullosos de todas nuestras deportistas. #DeporteFemenino ¿Ha servido de algo la polémica de Drag Sethlas? Tras varios días de debate ensordecedor, a muchos les ha quedado sensación de hastío. Tanta energía invertida, comentarios y opiniones que han tenido que leer y escuchar, en ocasiones desagradables, para nada. La razón de tantos fuegos artificiales sin valor intelectual es que la mayoría participa por pura pasión. Una reflexión más serena que sirva para unir en lugar de enfrentar exige empatía y feedback, dos graves carencias de nuestro tiempo. La consecuencia es que la autocrítica brilla por su ausencia, más si cabe en debates tan encendidos. —¿De verdad no hay nadie más pensando?— me decía. Pero a última hora encontré la aguja en el pajar. Un chispazo de inteligencia. Ha sido el jurista y vocal del colectivo Gamá, Marcos Ventura, quien ha ido más allá del «¿Por qué no lo hacen con Mahoma? ¿A que no hay huevos?» o, «¡Católicos homófobos, preocúpense de los curas pederastas!». Ventura analiza la polémica desde el prisma de la Ley y de la (in)corrección social. Considera que en la actuación de Drag Sethlas no existe delito de ofensa a los sentimientos religiosos porque no se puede demostrar que haya deseo de ofender. Pero a continuación le da una vuelta de tuerca. A diferencia de la mayoría, que retuerce los argumentos hasta el ridículo para autoconvencerse de que no hay nada ofensivo en la actuación, Marcos Ventura se pregunta: «¿Y si la intención fuera ofender, qué? Lo que merece respeto son las personas y su dignidad, no los símbolos ni las ideas. En una sociedad democrática libre, las ideas, todas, son susceptibles de crítica e incluso de burla». Mi primera reacción fue de rechazo a ese argumento. Pero decidí darle una oportunidad a esta nueva perspectiva. ¿Hay colectivos o personas cuyas ideas, en mi opinión, merecen ofensa o burla? Y descubrí, para ser sincero, que sí. Partidos de ultraderecha, el eurodiputado misógino Janusz Korwin-Mikke, Donald Trump, Maduro... Entonces volví al punto de partida, la actuación de Drag Sethlas y los aplausos que recibió, a sabiendas de que ofendía a los católicos. Y entonces, por fin, me hice la pregunta correcta. ¿Por qué creen que merecemos ser ofendidos? Y, desgraciadamente, hay muchas razones. Algo que no sucedería, al menos de forma tan generalizada, si fuéramos más coherentes con el mensaje evangélico, si no sacásemos a circular una guagua rotulada con mensajes que alimentan la discriminación, si muchos de nuestros sacerdotes y obispos no hicieran discursos homófobos, si no diéramos la impresión de estar tan obsesionados con la orientación sexual de las personas, si demostrásemos con hechos que no somos machistas excluyendo a la mujer del sacerdocio, y tantas cosas más. Así es como nos ven. Muchas de las críticas que recibimos son injustas, son tópicos superados o directamente son mentira. Pero, en parte, nos las merecemos. Hemos sembrado demasiadas tormentas. Drag Sethlas y todos los que aplauden su actuación tienen derecho a pensar que merecemos ofensa y burla. Claro que no me gusta. Y no creo que sea la mejor forma de obtener el respeto que reclama el colectivo LGTB. Pero lo que nos toca a los cristianos ahora es ser humildes, hacer autocrítica y ganarnos con obras y palabras a esa parte de la sociedad que piensa que el mundo estaría mejor sin nosotros.
La actuación del drag ganador de la gala del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria debería incomodar a todos aquellos que estén en contra de la pena de muerte. A quienes ofendería que se utilizase en el espectáculo, por ejemplo, una cámara de gas.La crucifixión es una ejecución. Explican los científicos que era una muerte horrible. Se practicó en el imperio romano y en otras culturas colindantes. En los años 90, en Sudán, fueron ejecutados cristianos por el método de la crucifixión. Muchos se sorprenderán al saber que aún existen países en los que no se ha abolido, y, por supuesto, no solo se practica contra los cristianos. Jesús fue un hombre al que dos religiones veneran. Los musulmanes lo consideran un profeta y los católicos creen que es Dios mismo. Incluso algunos judíos lo tienen por un sabio rabino, aunque la mayoría lo consideran un hereje. Los cristianos fueron una secta que se separó del judaísmo y fue perseguida en el imperio romano. Una minoría pacífica, pobre y perseguida. Al hombre al que llamaban Jesús era a quien seguían. Sus enseñanzas, para ser más exactos. Muchos de ellos fueron martirizados y crucificados por esa causa. Así, pues, la actuación de Sethlas, ganador de la Gala Drag del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, debería incomodar a todos aquellos que estén en contra de la pena de muerte. A quienes ofendería que se utilizase en el espectáculo, por ejemplo, una cámara de gas. Te propongo este ejercicio intelectual: piensa en algún personaje histórico al que admires, que haya sufrido persecución, maltrato y la ejecución o asesinato, al que no te gustaría ver parodiado durante su cruel muerte. Si, sinceramente, no hay ninguno para ti, no tengo nada más que decir. Viajamos en órbitas distintas. Aclaro que solo he visto la actuación del ganador. Lee bien antes de comentar. No he mencionado a la Iglesia. Y si tienes la tentación de escribir una retahíla de cosas que te escandalizan más que la de ayer, como la pederastia en la Iglesia o la corrupción política, no te molestes, estamos de acuerdo. Y para acabar de situar el debate en sus justos términos, no, no creo que se deba ni censurar, ni denunciar ante el fiscal. Solemos juzgar a los héroes por sus hazañas, sus victorias y sus conquistas. Rara vez por sus caídas, salvo que tras ellas vengan nuevos éxitos que ensalcen aún más su condición. Pero, ¿qué hay de aquellos que han caído más que corrido? ¿Los que han tenido que vivir a la sombra de los héroes, debiendo conformarse con sus sobras de gloria? Tiene mérito que un héroe se levante tras caer desde tan alto y vuelva a recuperar su jerarquía. Pero, ¿acaso es más fácil caer, caer y caer, y pese a todo volver a levantarse, sin ninguna razón que le haga albergar la menor esperanza de que esta vez será distinto? A Asdrúbal se le han cerrado demasiadas puertas en las últimas temporadas. Las de la UD Las Palmas varias veces, la del Elche, que se la jugó de forma indecente el verano pasado, y ahora, nada más llegar a Tailandia una lesión de rodila le obliga a regresar para recuperarse. Y sigue sonriendo, convencido de que antes o después llegará su momento. Ya lo dijo Quique Setién, su mayor virtud es la de ser inmune al desaliento. Solo así se entiende que sin ser un héroe en el sentido griego de la palabra, actúe como ellos cuando le visita el infortunio. Todos los que teníamos que trabajar hoy en la redacción de deportes de Gran Canaria nos decantamos por el rojo. La casualidad no es menor. ¡Ah! ¿que estoy exagerando? Ponlo a prueba, a ver cuántas veces haces pleno con tus compañeros (no vale que trabajen de uniforme). Ya me hago cargo de que en un departamento de veinte miembros será aún más difícil. Sea como fuere, no podíamos dejar pasar esta singular anécdota para hacernos esta foto. Me estoy imaginando a Quique Setién en la guagua que les trasladaba desde La Rosaleda hasta el aeropuerto de Málaga. Y luego, en la terminal del aeródromo, mientras esperaba al embarque del vuelo chárter que les traería de vuelta a Gran Canaria. Lo imagino desconcertado, leyendo reacciones a la derrota sufrida, en la peor actuación de la UD Las Palmas desde que dirige al equipo. Incrédulo, observa que en las redes sociales muchos reniegan del estilo que hasta hace solo unos días todos admiraban. Comentarios catastrofistas y opinadores en busca de causas ocultas entre las paredes del inaccesible vestuario amarillo. Mientras lee con los ojos como platos, se le acerca Éder Sarabia para informarle de las severas críticas que está recibiendo de algún medio digital que ya ha publicado la crónica del partido. Llaman para embarcar. Arrastra su maleta sin levantar la vista del móvil y distraídamente pasa el control, recorre el pasillo telescópico que lleva al avión, busca su asiento y se acomoda. Las siguentes dos horas las pasa intentando dormir, sin éxito, dándole vueltas a lo ocurrido sobre el césped y a la deserción de una legión de seguidores tras las tres derrotas consecutivas que acaba de encajar su equipo. Setién es un hombre tranquilo pero también tiene un elevado sentido de la justicia. Y cree que están siendo injustos con él y con el equipo. Es lunes ya de madrugada y no hará declaraciones hasta el jueves. Pero necesita decir algo. Coge su teléfono móvil, que tiene activado el modo 'avión', y escribe un texto en Twitter simple y directo. Cree que tal vez pueda servir para evitar, o al menos, retrasar la fuga de fieles, unir aún más a los que se siguen manteniendo firmes, que todavía son amplia mayoría, y también, por qué no, para desahogar sus irrefrenables ganas de gritar su verdad. Hacía mucho tiempo que nadie se atrevía a pronunciar una frase tan optimista en público. Incluso cuando el objetivo marcado era claramente el del ascenso, ninguna voz autorizada en el CD Tenerife se permitía semejante temeridad. Demasiadas decepciones, demasiados desengaños y demasiados vaivenes. Cada vez que el equipo parecía coger carrerilla y enfilar la zona noble de la clasificación, sobrevenía una debacle para enfriar cualquier chispa de esperanza. A veces, como si de un escarmiento se tratara por haber tenido la osadía de soñar con la Primera División, el Tenerife se veía de repente luchando por esquivar el abismo. Hasta hoy. Miguel Concepción, llevado por los resultados y la evidencia de un equipo que, ahora sí, transmite una solvencia desconocida desde hace años, le ha plantado cara al mal fario y ha pronunciado la frase maldita: «La llama está encendida», que equivale a decir que por primera vez hay motivos reales para creer que este año sí se va a pelear por el ascenso hasta el final. A lo mejor, enfretado el miedo, roto el maleficio. Parece que Gaku Shibasaki está a punto de integrarse por fin en los entrenamientos del CD Tenerife. Hasta ahora ha tenido que mantenerse al margen, en el mejor de los casos trabajando aparte en el gimnasio. Unas molestias estomacales que no remitían, además de otros síntomas, encendieron las alarmas. Comenzaron a salir a la luz informaciones que hacían temer una breve estancia del jugador en Tenerife: «Gaku no se adapta y quiere volver a Japón», se decía. Incluso hay quien anunció que ya se había marchado. Ese extremo se desmintió, pero el problema era real, así que el club puso al jugador en manos de especialistas, y una delegación japonesa con sus representantes y un miembro de la selección viajaron a la isla para arroparlo. ¿Qué le pasa a Shibasaki? Le hemos preguntado a un experto. La UD Las Palmas ya tiene a su 'galáctico', ese término que acuñó el periodismo deportivo español cuando Florentino Pérez desembarcó en el Real Madrid con la promesa de llevar al club blanco a los «mejores jugadores del mundo». Y lo hizo a base de talonario. Llegaron Beckham, Ronaldo, Zidane... El fichaje de Jesé no responde al mismo espíritu florentiniano, porque ni el desembolso ha sido tan extravagante, ni la Unión Deportiva se queda en propiedad al futbolista, pero sí ha generado la misma expectación a escala amarilla. Casi 9000 personas acudieron a a su presentación, que emitimos en directo en Televisión Canaria. Un recibimiento jamás visto por estos lares, superando al de sus dos predecesores más mediáticos mediáticos, Juan Carlos Valerón —3000 personas— y Kevin Prince Boateng —5000 personas—. Unos pajaritos se han instalado en el jardín. Ya lo sé, no se les ve en la foto, son muy tímidos. Este es su nido.Lo peor no es que Crosas haya pescado una especie en peligro de extinción, sino que su primer impulso, y el de sus compañeros, fuera ensartarlo con un pica. La pesca prohibida de Crosas tiene un recorrido informativo breve, en mi opinión, pero lo tiene. Creo que los medios de comunicación hemos hecho bien en dar la noticia, la mayoría con rigor y sin sensacionalismo. Y, además, estaría bien que la información sea acompañada de análisis crítico que ahonde en el contexto y amplíe su radio de acción. Hay quien solo ve un juego con mala suerte en la 'pesca' de Crosas y una persecución desmedida hacia el futbolista. Otros, poco menos que lo llevarían ante el Tribunal de La Haya por crímenes contra la humanidad. Si tengo que situarme en algún punto entre estos extremos, estaría más cerca de la absolución, pero no del todo.
Un año más, tuve la oportunidad de colaborar con la Jornada Solidaria del CEIP Gran Canaria, con la grabación y montaje del vídeo que pueden ver a continuación. Resume el espíritu de la actividad, que llega a su sexta edición con muy buena salud, gracias al trabajo en equipo de la dirección del centro, todo el profesorado, padres y alumnos. Todo un ejemplo de educación en valores en un centro público. ¡Enhorabuena! El Iberostar Tenerife acabó la temporada en la novena posición, y hasta la última jornada luchó por meterse en las series por el título. Logro notable con el tercer presupuesto más bajo de la ACB. |